Torito guapo
Hoy ha sido un día para el recuerdo, como ya lo fue el año pasado cuando el temporal de levante casi se nos lleva por delante. Por fin se ha podido celebrar la II Travesía Popular de Windsurfing Tarifa 2018
En esta edición el levante ha sido otra vez el protagonista, y tal y como lo hizo el año pasado, ha entrado con más ganas de lo que se preveía.
Mi experiencia este año ha sido quizás más edificante aún que la del año pasado, y en unas líneas espero que entendáis por qué.
Quien ha sufrido de insomnio alguna vez sabrá entender lo frustrante que es estar físicamente derrotado pero con el cerebro incapaz de desconectar durante horas y horas… pues eso es precisamente lo que me pasó anoche a mí. Hora tras hora intentaba poner en práctica todas las técnicas de relajación que conozco, pero cuanto más tiempo pasaba sin poder dormir más notaba alejarse el sueño, y es que a la frustración de no dormir se le añadía la presión de tener que estar en plena forma para enfrentarte a una regata tan física y técnica como lo es esta travesía con levantera.
El resultado…, pues que hasta las 7 de la mañana más o menos no pude dormir absolutamente nada, y cuando por fin lo conseguí fueron solo unos minutos. Durante el desayuno me temblaban las manos y balbuceaba como un borracho…, realmente no estaba en el estado que quiere uno estar previo a una regata, por muy popular que sea. Lo que me salvó un poco fue que mi novia estaba conmigo y ella se quedó al tanto de lo que pasaba mientras yo volvía a la cama para relajarme un rato más (sin dormir…).
Pasando página, la elección de material entre los participantes ha sido de lo más variopinta. Velas desde 4.7 (como la mía) hasta 11 metros (FW), tablas de todos los gustos y colores desde unos 80 litros de olas hasta vete tú a saber cuántos tendrá el tablón de fórmula. Aletas… pues igual. De hecho, Fernando Martínez la ha hecho con foil y 7.6m de vela…
Sintiéndome un poco mejor después de reposar el desayuno, decidí montar poca vela y mucha tabla: Loftsails WaveScape 4.7 y RRD X-Fire 105l con aleta de slalom de 34cm. Así, pensé, pasaría bien las zonas de poco viento y no iría con una vela que me costara mucho manejar (trimada para viento muy flojo). Hasta ahí la teoría bien, pero luego llega la práctica. Y en la práctica me equivoqué bastante porque, aunque pasé relativamente bien las zonas de menos viento, cuando el levante se empepinaba la vela me tiraba muchísimo y no podía controlar bien la tabla.
El primer segmento (salida desde el balneario hasta la lancha-boya) ha sido también digno de mención porque TODOS pinchamos. Por la dirección del viento y la posición del barco nos quedamos todos desventados excepto, quizás, los que habían empezado más a sotavento en la salida con liebre. Yo había empezado completamente a barlovento porque la salida se había programado para hacerla diferente y si hubiéramos salido todos a la par y yo estado a sotavento las velas grandes me habrían comido el viento completamente. Así que el repentino cambio de tipo de salida no me vino nada bien por mucho sentido que tuviera… De todas maneras no me importó mucho esta mala fortuna porque creo que lo hice relativamente bien al trasluchar antes de la lancha para perder barlovento y poder enfilar la lancha-boya desde un rumbo más de través y menos desventado.
Una vez pasada esta primera ‘boya’ las cosas parecía que se iban a poner mejor porque iba con buen rumbo y a buena velocidad, recuperando posiciones bastante rápido y con buenas sensaciones. Pero no duró mucho. Empezaron a entrar rachas muy fuertes que me hacían descontrolar la tabla, como ya he dicho, y hacían que me costara mucho mantener el rumbo tan abierto que llevaba.
Cuando llegué al punto de control del chiringuito Aqua tenía bastante claro que no me hacía falta continuar. Realmente no me encontraba mal físicamente pese a la mierda de noche que pasé, pero el viento se estaba poniendo francamente fuerte e iba muy pasado; no sabía hasta dónde me iban a llegar las fuerzas y estaba contento con haber llegado hasta allí. Ignorando completamente ese pensamiento, una vez en tierra y firmado el punto de control, aproveché para volver a trimar la vela, tensando mucho más de amura y algo más de escota para intentar no ir tan pasado. Entré de nuevo para probar el trimado pero iba todavía muy fuerte, así que decidí salirme a aclarar un poco las ideas. La idea que acabó ganando fue la de esperar a ver si mi novia llegaba con la furgoneta (le había pedido que fuera allí por si decidía abandonar si no me encontraba bien) y probar a cambiar la tabla a 82l (si es que la organización me permitía seguir la regata habiendo perdido unos 20 minutos).
Tuve la suerte que mi novia y yo nos encontramos por la pasarela del chiringuito Aqua -donde se estaba celebrando una boda- , así que pude cambiar de tabla mientras oía los más peculiares «sí quiero»s de mi vida… y volví a probar. Seguía yendo pasado pero ahora tenía control. La decisión final se iba a basar en cómo me sentía físicamente para enfrentarme a la parte en la que en teoría había más viento de toda la travesía… Estaba cansado pero no derrotado. Seguía sintiéndome relativamente bien…
Eah! A seguir y que sea lo que dios quiera!
Y cuánto me alegro de haberlo hecho. Con el controlo que cambiar de tabla me dio ya podía ir prácticamente a donde me diera la gana con la vela cazada a tope. No he mirado el track del garmin pero pude alejarme mucho y sortear la zona más desventada del hotel hurricane sin problemas. Aún así, no todo lo que es brilla es oro y justo al pasar la zona desventada me entró un rachón enorme y di una catapulta bastante violenta en la que se me resintió un poco la espalda […] y con la que me llevé por delante parte del insert de la cincha delantera… Bueno, ¡pues a navegar sin cincha! ¡Las cinchas son para cobardes! xD (anda que no me hubiera venido bien no haberla roto… :_D ). De todas formas, con o sin cinchas pude remontar varias posiciones y terminar . No sé exactamente dónde he acabado, ya me enteraré, pero lo cierto es que de verdad no me importa. Esta travesía cada año está probando ser una excelente oportunidad para aprender y estoy muy contento de haber superado esa barrera mental que el insomnio me había creado y terminar una prueba que no ha sido nada fácil para muchos de los regatistas.